Saturday, November 04, 2006

PRIMERA EXPERIENCIA CON COCAÍNA

Antes que nada, una aclaración: No recomiendo a nadie que use cocaína. Es una droga peligrosa. Peligro de no poder dejar, y peligro de pasarse. Peligros CONCRETOS. Además, no es de las drogas mas satisfactorias (da placer, pero tambien, casi siempre, te hace sentir mal), ni de las que mas posibilidades de experimentar permiten.


Fuimos a la casa del primo de LL., que estaba de viaje y lo habia dejado cuidando. Yo estaba bastante deprimido, no recuerdo por que (quizá ni siquiera habia causa). Nos sentamos en un sillón, frente al tele. K.Z. preguntó donde había platos. Fue a la cocina, y al rato apareció con el plato surcado por varias pequeñas rayas blancas. Me sorprendí. No sabía que él tenía cocaína, ni que la iba a sacar en ese momento. Le dije que quería probar. Me dijo que enrollara un billete. Aspiré la primera raya, despues la segunda. Inmediatamente sentí una la euforia. Pero sospeché que podía ser psicologica. No sabía que el efecto de la cocaína era inmediato. Me sentí bien. Lo que mas me impresionó fue mi cambio de ánimo. En un momento me sentía incapaz de la tristeza. Blindado contra la infelicidad. K.Z. me dijo que anotara mis primeras experiencias. Pero yo no me sentía muy capacitado para escribir, asi que agarré la cámara, y empecé a filmar uno de esos videítos que, si algún dia llego a diputado, van a hacer que nunca esté tranquilo. Caminaba por toda la casa, sosteniendo la camara fija bajo mi cabeza. Empecé a hablar de muchas cosas. Me sentía muy lúcido. Mi cabeza conectaba las ideas de un modo asombroso. Todo daba lugar a varias conexiones, que se seguían ramificando. Sentía la nariz limpia. El aire, fresco. Una sensación parecida a la que se aprecia en la boca despues de una pastilla de menta. Caminaba sin parar. Volví a tomar. No sabia si la dosis era peligrosa (no lo era, de hecho era bastante pequeña). Seguí con mi euforia, con mi filmación, con mi recien obtenida lucidez. Y en un momento, sin que haya notado un paso gradual, bajé. O, mejor dicho, me caí. Me sentía del todo incomodo. No solo eso, sentía que jamás iba a poder estar comodo de nuevo. No sabía como ponerme. Le dije a un amigo que si me aseguraran que esa sensación me iba a durar toda la vida, me mataría. Quizá esta sensación se acentuaba por el contraste brutal con la otra, de felicidad, euforia, lucidez. Tambien sentía angustia. Mucha ansiedad. Los demas habian fumado marihuana, y estaban sentados mirando tele. Yo queria que hicieramos algo. La tele no me parecía nada divertido. Queria salir, pero afuera habia un perro que me juraban que me iba a matar. Pero el patio tampoco me hubiera conformado. Queria ir mas lejos. Salir a algun boliche, algun bar. Hacer algo. Nadie tenia ganas, y eso me desesperaba. Y tampoco se si yo tenia ganas, pero necesitaba hacerlo. Creo que tomé de nuevo, y me calmé un rato. Despues volvió la sensación. Al final, K.N. me acompañó en la salida. Ya no volví a tomar esa noche. Tomé alcohol, fumé algo de marihuana. Estuve bastante feliz. A la mañana me fui a dormir, ya mas alcoholizado que otra cosa.