Saturday, October 28, 2006

QUE VUELTÍN QUE NOS DIMOS! (Una experiencia con LSD)


Yo había tenido ya experiencias con ácido, y eran lo mejor que habia logrado en materia de drogas. Se las habia contado a B., que tenia muchas ganas de probar. Hicimos muchas gestiones, pero no conseguíamos. B. me decía, entonces, que iba a envejecer esperando que alguien la saque a dar una vuelta en bicicleta. Y de sorpresa, un dia, N. me dijo que podia conseguir. Y esa misma semana tuvimos los cartoncitos. Luna y estrella. Las compramos la noche del jueves, despues de muchas vueltas y contratiempos. Me juré sobre mi propia tumba, que la proxima vez que alguien diga "la droga corre como agua, está en todas las esquinas, el primero te lo regalan", o alguna otra estupidez en esa línea, lo voy a obligar mediante apremios ilegales a que me consiga esas drogas fáciles de las que habla.
Esa misma noche, F., que estaba en mi casa, completamente enfiestado, y en medio de un tour de prostitución y alcohol de esos que tanto ama, me pidió media. Creí que no le iba a hacer nada. Pero una hora despues, cuando se fue, vió un duende en la puerte. Esa fue la confirmación de que habiamos conseguido algo bueno. Estuve toda la noche ansioso. Me despertaba y solo pensaba en la experiencia que nos esperaba. Asi fue tambien en el trabajo. Cuando al fin salí, hablé con K. y B. Tenia que esperarlos un rato. LL. me pasó a buscar. Nos encontramos con ellos. Ahi me tomé media, de una. Y ya comencé a sentirme raro. Fuimos al D.I., una especie de parque público. Cruzamos un alambrado, y fuimos a una parte donde hay una casa abandonada. Mucha vegetación, acantilados al borde del mar. Ahí K. tomó 1/4 y B. tomó media. Yo tomé mi otra mitad. Pensaba que no me estaba haciendo nada. Pero gradualmente, sin darme cuenta, empecé a sentir todo muy raro. Los colores se veian mas intensos. Todo se sentía mas. En un momento noté que ya nos habiamos deslizado hacia la locura. B. corria con una chapa que usaba de escudo, y un palo, una especie de caña hueca y puntiaguda, que usaba de arma.
Yo me puse un poco místico. Miraba un camino que subia hasta el alambrado. Estaba dorado de sol, y acompañado de plantas raras. Y yo sentia que por ese camino, en cualquier momento, iba a aparecer Jesús. Todo tenia una belleza conmovedora, que me tenia al borde del llanto. En el camino, un rato despues, estaba B. Tenia el palito ese en la mano, y estaba como apuntando, midiendo la distancia para meterlo en un agujero que estaba en la pared de la casa, a unos diez metros. Dice que ella creía que habia entrado por ahi, y lo que le faltaba era hacer entrar el palito.
Me costaba mantener la atención, saber lo que estaba pasando alrededor, de una forma articulada. Mi atención se la llevaban pequeñas cosas. En un momento yo estaba sentado . Un pajaro empezó a volar entre K. y yo. El mundo se me empezó a derretir, y le dije "Pajaro, el mundo se derrite, y lo único que te queda es mi mano", y la extendí. Quise anotar eso en una libreta. Alcancé a anotar "Pajaro" antes de que se me derritiera la birome. Despues se me cayó todo. Apareció un perrito, y detras de el un tipo. El cuidador del lugar. Nos dijo que estaba prohibido estar ahí. Nosotros tratamos de decir que no sabiamos (mentira). Yo no podia mantener la compostura. No se que habrá pensado el tipo. Quizá que yo estaba borracho. Quizá (genericamente) drogado. Caminamos hasta la salida. En el camino B. alcanzó a rescatar su palo. Caminaba con las manos llenas de cosas: dos misteriosos cigarrillos con sangre, un panadero (que ella llamaba "el mundo"), flores, el palo. Salimos. Yo me adelanté. Bajé un camino que iba hasta la playa. Me vi solo. Escuchaba cada ruido, a cada bichito invisible. Luego comencé a ver las vibraciones que en el aire producian esos ruidos. El aire estaba hecho como de gotas de cristal, y los ruidos movian esas gotas, y formaban figuras en el aire. Incluso en ese momento se me ocurrió que el mundo no era mas que el movimiento producido en el aire por una canción.
En un momento, un zumbido formó frente a mi un trompo gigante. Cristal giratorio. Me acosté en el suelo. Veía figuras translúcidas, como tatuadas en las cosas. En el cielo, tambien translucidos, vi un escritorio, y a mi (pero me parecía a Jim Morrison) y tuve la certeza de que habia descubierto a Dios detras de las cosas. Y Dios, avergonzado, se retiraba, y dejaba el mundo. Dejaba todo, iba a dejar de crearlo. Lo abandonaba, y lo único que subsistía era ese lugar en el que estaba yo. La historia del mundo, y tambien mi vida, habian sido un disparo al aire. Y yo estaba sumergido en el silencio que siguió a ese disparo.
Aparecieron K. y B. Se acercaron. K. conjeturó que Dios era Cacho Castaña, y dijo que de ahí en adelante no lo nombraríamos mas, solo diríamos Él. Yo estuve de acuerdo. En un momento dije "voy a mear". "¿A mirar?" preguntó K. Tuve la certeza de que habia una conexión mistica entre las dos palabras. Que la palabra mear era intencionalmente parecida a mirar. Para que yo fuera y mire. Fui y miré. Estaba al borde de un acantilado (lo cual no es nada aconsejable en este estado). Mis pies se hundieron en el barro. Miraba para abajo. El mar estaba verde. Escuchaba ruidos metálicos. Volví. Me senté. Una de las piernas quedó debajo mio. K. y B. creían que me faltaba. Imaginaron que la habia perdido en combate. No sonaba tan raro. Habia explosiones verdes detras de las nubes (ya estaba un poco oscuro) y ruido de cañonazos.
Nos preguntabamos donde estaría Ñ, si aceptaria unirse a nosotros. Yo llamé a LL. Sentía que no lo habia visto en años. Me impresionó mucho que me dijera que estaba en un cumpleaños. Me hizo ver que el resto del mundo existia. Un cumpleaños. Se me hizo lo mas absurdo. ¿Como podía haber un cumpleaños, habiendose detenido el mundo?.
Siguieron pasando cosas. Anocheció. Comenzó a llover. Ellos tenian frio. Yo no, y andaba con la campera en la mano. La niebla y la lluvia hacian que todo fuera mas raro. Caminamos por una pendiente, entre la ruta y la playa. Cuando llegamos a la ciudad, nos dimos cuenta de que el mundo no habia terminado, y de que todavía podiamos llamar a Ñ. La convencimos. Quedamos en pasarla a buscar. Entramos a la ciudad. A lo que nosotros llamabamos "la nueva ciudad". Si, asi parecía, de tan luminosa y reluciente, recien bañada por la lluvia y por el ácido.
En la ciudad pasamos de ángeles a animalitos. Tuvimos enormes dificultades para cruzar las primeras calles. Yo hice una corridita imprudente entre los autos. Una hilacha me colgaba de un bolsito que tenia. Entonces B. y K. me vieron como una ratita. Seguimos caminando, y nos cruzamos con una familia que estaba revisando la basura, buscando comida. Los pasamos, y B. dijo que les teniamos que dejar algo. Les dejamos $ 100 (algo mas de 30 dólares). Tiene algo de simbolico el monto. Es el billete mas grande. B. se lo dió, se rieron, y se fueron. Yo me puse muy mal. Pensé si no habriamos hecho mal. Si darle $ 100 no es, mas que una ayuda, un recordatorio de la miseria, de que nunca mas les va a pasar lo mismo, de que en dos noches van a estar revisando basura de nuevo. Otra vez al borde del llanto, pero ahora algo triste. Pero tambien me sentía bien, vivo. La vida me entraba a chorro por la nariz y la boca. Seguimos caminando. Nos encontramos con Ñ. Le dimos media. Caminamos. Noté que aunque me sentía lúcido, no podia articular frases muy complejas. Llovia mucho. Mientras esperabamos un remis vi como la cara de K. se derretía ligeramente. Caminamos por el centro. No se como no me encontré con ningún conocido. Igual, no me importaba. Fuimos hasta el departamento. Vimos un poco El Topo. Despues B. y K. pusieron un dvd de The Doors, y lo analizaron en detalle durante horas. A Ñ parecía no haberle hecho nada. Pero noté que si cuando la vi sentada en el borde de la bañera, mirando para adentro. "¿Que ves?", pregunté. "No se puede describir", me dijo. Pasó horas mirando el agua. Creyó que crecían plantas de la alfombra. Despues llegó LL. Tomó media. Al rato, cuando comenzó a hacerle efecto, yo ya estaba saliendo. Me dormí. Al otro dia me desperté, algo deprimido. Salí afuera y el sol me hizo muy bien. Compré un diario, tortas fritas, un helado, una coca. Me senté en una plaza, como un demente. Despues dormí mas. Cuando me levanté solo me quedaba la ligera depresión que sigue a estas experiencias.


Grafico dibujado en la tierra, frente a la playa, y que representa una comparación entre estas experiencias y otras:

Yo en el trabajo--------2. Yo con marihuana----------3. Yo con cocaína.----------Yo con LSD, otras veces.----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Yo, en la última porción del mundo, infinitamente alejado de todo

(Aclaración: la distancia es mayor, pero los blogs no admiten gráficos infinitos).

6 comments:

Seis said...

Siga neurotransmitiéndo.

Anonymous said...

eLvueLtín EnBiCimÁsgRANdE deL MUnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnd0 ♪

Neurotransmisor said...

Seguiré, Seis. Todavia queda mucho que tranmitir.

Y que vueltín que nos dimos, B! No fue grande. Fue absoluto.

Ali Baba said...

yo quedé conectada con mis compañeros de tandem de una manera particularmente dolorosa

Anonymous said...

fa.
QUIERO probar LSD.


fa-a.

Andrea said...

Envidiable.
Y la palabra, tan sucia, tan burguesa, quiere significar: quiero, pero no me atrevo ahora.